Amapola

Papaver rhoeas

En primavera los sembrados de colorean de rojo con la floración de las amapolas (Papaver rhoeas). Esta planta anual, tan común, tan vistosa y tan popular, recibe nombres populares muy diversos en catalán: «pipiripip», «rosella», «roella», «gallaret», «quiquiriquic» y «paramà» entre los más habituales, y así hasta un total de 34 nombres registrados.

La amapola inicia su ciclo vegetativo en invierno sacando ya una roseta de hojas, poco aparente, a ras del suelo. Las hojas de la amapola tienen forma y tamaño variables, son pinnatisectas con el raquis alado y los lóbulos a su vez también recortados o dentados, el terminal más largo que los laterales. El tamaño de las hojas decrece de abajo a arriba. En primavera, la amapola levanta tallos débiles hasta alrededor de medio metro de altura. Los tallos están llenos de pelos claros híspidos -es decir dispuestos en perpendicular al tallo. El pico del floración de las amapolas es en mayo. Inicialmente el capullo queda colgando cabizbajo, envuelto completamente por un par de sépalos grandes, ovales y de color verde, también llenos de pelos híspidos. Es entonces cuando se puede jugar a la adivinanza “¿monja o fraile?”. Si los pétalos arrugados del interior son aún blancos es monja, si son ya rojos es fraile. La tercera opción, mucho menos probable, es un color rosado a mitad de camino entre la monja y el fraile; entonces quizás habría que llamarlo monaguillo. La versión catalana de la apuesta es “¿gall o gallina?”. Al abrirse la flor, el tallo se yergue y los 2 sépalos caen. La flor tiene 4 pétalos grandes y redondeados, de 4-5 cm de ancho, dispuestos en cruz en 2 verticilos, de color rojo escarlata a menudo con una mancha negra en la base. En su interior hay numerosos estambres de filamento fino de color oscuro y anteras de un verde oliváceo también oscuro, y una cápsula en el centro. La cápsula madura tiene forma obovada -más ancha arriba que abajo-, de altura equivalente a 1,5 veces la anchura máxima, con paredes lisas y una tapa superior que sobresale como un tejado sobre la cual quedan los estigmas en disposición radial. La tapa de la cápsula de la amapola (P.rhoeas) suele tener alrededor de 12 radios, entre 6 y 18 como casos extremos (fotos 5ª, 6ª y 7ª). Cuando la cápsula está madura, se abren poros bajo la tapa a través de los cuales se dispersan las pequeñas semillas.

Cada flor de amapola dura sólo uno o unos pocos días, aunque compensa su brevedad con poblaciones numerosas que mantienen el rojo en los campos y en los márgenes de caminos durante días.

Por una parte, la amapola se elimina de los sembrados mediante herbicidas; por otra parte, es apreciada como planta comestible y medicinal. La amapola no contiene morfina como la adormidera (P.somniferum). Las infusiones de unas pocas cápsulas o de los pétalos de la amapola facilitan el sueño y calman la tos. Las minúsculas semillas de la amapola contienen aceite y son comestibles. También se comen sus hojas tiernas anteriores a la floración.

P.dubium es una especie de amapola similar a la más común P.rhoeas, que la nomenclatura popular no distingue. P.dubium se diferencia de P.rhoeas por ser menos híspido, por los pétalos de la flor ligeramente menores y de un rojo menos intenso y, especialmente, por la cápsula más alargada y estrecha, el doble de alta que ancha, con una tapa menor que no sobresale y que suele tener entre 6 y 8 radios. A menudo, entre el rojo escarlata de las amapolas, se camufla otra especie, la amapola híspida (P.hybridum) de color rojo púrpura.

Excepcionalmente, entre las amapolas rojas puede aparecer alguna completamente blanca, albina, tal como muestra la imagen 8ª.

[fotos Florenci Vallès (1ª, 3ª y 6ª), Jaume Torras (2ª) y Jordi Badia (4ª, 5ª, 7ª y 8ª)]