Terraza fluvial de grava

Las terrazas fluviales son terrenos en los que ríos o arroyos depositaron gravas en tiempos geológicos recientes. El grosor de las terrazas fluviales es normalmente de 1 o 2 metros, alcanzado una decena de metros las más profundas en la comarca de Bages. La altitud de la terraza fluvial señala el nivel por el que discurrían las aguas fluviales unas decenas o unos centenares de miles de años atrás. En algunos tramos de los valles de los ríos Cardener y Llobregat se observa una secuencia de terrazas fluviales escalonadas que se corresponden con períodos alternantes de predominio de la sedimentación o de la erosión fluvial.

Las gravas son sedimentos detríticos no cementados, constituidos por fragmentos de roca de más de 2 mm de diámetro. A pesar de que hay excepciones, en las comarcas de Bages y Moianès estos fragmentos suelen ser redondeados; en este caso se denominan guijarros y son de origen fluvial. Las gravas suelen estar incluidas en una matriz arenosa o limosa. Se depositaron durante el cuaternario y son, por tanto, los materiales geológicos más recientes de estas comarcas. Las gravas abundan asimismo en los lechos actuales de los ríos.

La mayoría de terrazas fluviales del Bages han sido explotadas para la extracción de grava.

La imagen 1ª se obtuvo cerca del castillo de Balsareny y la grava está situada a unos diez metros por encima del nivel de la orilla actual del río Llobregat. Se aprecia la discordancia entre los estratos ligeramente inclinados de rocas eocénicas continentales de color rojizo y la terraza fluvial completamente horizontal por encima. La imagen 2ª, obtenida en Sant Salvador de Guardiola, repite la misma disposición a escala menor con grava depositada por el arroyo de Guardiola.

[fotos Florenci Vallès (1ª) i Jordi Badia (2ª)]