Lentisco

Pistacia lentiscus

El lentisco (Pistacia lentiscus) se caracteriza por sus hojas perennes, compuestas, pinnadas, con un número par de folíolos y el raquis ligeramente alado, a menudo enrojecidas en invierno, que desprenden un olor áspero, muy particular.
El lentisco es una especie dioica con ejemplares masculinos como en la foto 1ª con flores en primavera que tienen sólo estambres, y ejemplares femeninos como en las fotos 2ª, 3ª y 4ª con frutos en otoño.

El lentisco pertenece a la familia anacardiáceas y al mismo género Pistacia que el pistachero (P. vera), cuyo cultivo está iniciándose en la comarca de Bages, y que la cornicabra (P. terebinthus). A diferencia del lentisco, la cornicabra tiene hojas caducas, con el raquis no alado, y con un número impar de folíolos mayores y más redondeados. En los lugares donde el lentisco y la cornicabra conviven, ocasionalmente se hibridan dando lugar a individuos con formas intermedias denominados Pistacia x saportae.

El lentisco destaca por su resistencia a la sequía; en cambio, no tolera las olas de frío. La última ola de frío registrada en el Bages se remonta a diciembre de 2001. La ausencia de olas de frío en el Bages, que al tiempo de redactar estas líneas abarca ya 20 años, debería permitir que algunos ejemplares de lentisco alcancen aquí también tamaño arbóreo.

El lentisco es un arbusto frecuente en los pinares de pino carrasco, en los encinares claros de las solanas y, especialmente, en los coscojares donde puede cubrir una gran proporción de la superficie. El lentisco posee una gran capacidad para retoñar tras un incendio.

Debido a su perenne verdor, el lentisco se espolia del bosque y se utiliza en ramos con fines ornamentales. Desde hace ya años, se espera que el departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural de la Generalitat de Catalunya establezca un registro de recolectores de lentisco autorizados que sirva para evitar abusos en la tala de lentisco, principalmente en los parques naturales de las sierras litoral y prelitoral de Cataluña.

[fotos Jordi Badia (1ª, 2ª y 3ª) y Marta Queralt López Salvans (4ª)]